La K 2025, que se celebrará del 8 al 15 de octubre en Düsseldorf, se ha propuesto la misión de abordar los principales temas de nuestro tiempo. Uno de sus tres temas principales es «Shaping the circular economy». Por esta razón, seis meses antes de la feria líder mundial de la industria del plástico y caucho, es una buena ocasión para reflexionar sobre la situación actual de la economía circular.
En el mundo hay una crisis de materias primas: cada año se consumen más de 100 000 millones de toneladas de materias primas, pero más del 90 por ciento de las mismas no se reciclan. Es el balance alarmante que hace el Banco Europeo de Inversiones (BEI). El aumento de los costes de CO₂, la volatilidad de los precios de las materias primas y la incertidumbre geopolítica ejercen una presión adicional sobre las empresas para ahorrar más recursos.
La economía circular se considera un factor decisivo para lograr un futuro sostenible. Un análisis de la asesoría empresarial Material Economics indica que Europa podría ahorrar cada año 450 millones de toneladas de equivalentes de CO₂ hasta 2030 a través de los ciclos cerrados de materiales, lo que representa el ocho por ciento de las emisiones actuales. A largo plazo, según los pronósticos de la Ellen MacArthur Foundation, a nivel mundial podría evitarse hasta el 45 por ciento de las emisiones mediante una economía circular cerrada.
La transformación también ofrece un gran potencial a nivel económico: la consultoría EY estima que el uso de materias primas secundarias reduce el consumo de energía entre un 20 y un 90 por ciento, permite ahorrar grandes cantidades de agua y podría hacer que las empresas europeas ahorrasen cada año hasta 465 000 millones de euros en costes de materiales. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) calcula, además, que la transición a una economía circular podría generar en todo el mundo entre siete y ocho millones de empleos nuevos hasta 2030. Muchos ejemplos prácticos demuestran también que la economía circular no solo resulta convincente a nivel ecológico, sino también desde el punto de vista económico. Por ejemplo, el grupo alemán Cabka ha declarado que produce anualmente paletas y cajas a partir de unas 150 000 toneladas de plástico reciclado, demostrando así que es posible obtener productos de valor procedentes de residuos.
Industria del plástico: un sector clave que necesita mejorar
La industria del plástico desempeña un papel esencial en esta transformación. Según Plastics Europe, en el año 2023 se produjeron en todo el mundo 413,8 millones de toneladas de plásticos, pero el porcentaje de material reciclado sigue siendo bajo: tan solo el 8,7 por ciento de los plásticos se reciclan (casi siempre de forma mecánica), mientras que la mayor parte se incineran o se eliminan en vertederos. Sin embargo, los reciclados tienen un enorme potencial. Para su producción se requiere mucha menos energía que para la fabricación de productos nuevos a partir de materias primas fósiles, lo cual reduce significativamente la emisión de CO₂. Además, su uso aumenta la seguridad de abastecimiento: un factor cada vez más importante en tiempos de crisis geopolíticas.
No obstante, el reciclaje plantea unas elevadas exigencias tecnológicas y, a menudo, resulta más caro que la producción de plásticos nuevos. Esto se debe a la necesidad de clasificar, limpiar y acondicionar laboriosamente los plásticos viejos. Además, los requisitos legales son estrictos, los reciclados de alta calidad son escasos y muchos procesos requieren grandes cantidades de energía, por lo que, a fin de cuentas, los costes de producción son más altos que en el caso de los plásticos nuevos. «Pero nadie quiere pagar costes más altos», subraya Ulrich Reifenhäuser, presidente del consejo de expositores de la K. «El plástico ha triunfado porque es mucho mejor que otros materiales. Pero el paso a la economía circular cuesta dinero. Este problema de costes no se va a solucionar sin unos requisitos reglamentarios».
Sin embargo, las respuestas a la cuestión sobre cómo lograr la transformación a una economía circular que funcione son muy diversas a nivel internacional.
Europa apuesta por la regulación
Donde otros países apuestan por el compromiso voluntario y las soluciones orientadas al mercado, Europa regula por ley. Algunas estrategias como el «Circular Economy Action Plan» (CEAP) y directivas como el reglamento de envases (PPWR) y la directiva sobre plásticos de un solo uso (SUPD) impulsan el cambio hacia la economía circular mediante cuotas de reciclaje, porcentajes obligatorios de reciclados y la responsabilidad ampliada del productor (Extended Producer Responsibility – EPR). Su efecto se observa en el PPWR: desde 2025, las botellas de PET de un solo uso deben contener como mínimo un 25 por ciento de plástico reciclado, y hasta 2030 la cuota aumenta al 30 por ciento. Para fabricantes como Coca Cola o Nestlé, esto supone modificar las cadenas de suministro, adquirir reciclados de alta calidad y adaptar la producción para poder seguir vendiendo. La SUPD también es eficaz: en Lituania, la tasa de devolución de botellas de PET aumentó del 34 al 92 por ciento desde que se introdujo un sistema de depósito, en tan solo dos años. En este sentido, las empresas se enfrentan a unos desafíos considerables: la disponibilidad de reciclados de alta calidad es limitada, y el cambio a un diseño adecuado para el reciclaje plantea altas exigencias tecnológicas. Además, los plazos para la implementación de las especificaciones, a menudo complejas, son muy ajustados.
La UE también se ocupa cada vez más de los componentes químicos. Resulta especialmente controvertido el uso de PFAS, ya que su prohibición podría dificultar el reciclaje considerablemente: muchos residuos de plástico se considerarían contaminados y se eliminarían del circuito. Por este motivo, Wolfgang Große Entrup, director general del VCI, advierte de los inconvenientes de una prohibición general: «Con cada una de estas sustancias prohibidas en la UE aumenta el riesgo de una mayor deslocalización de nuestra industria hacia otras regiones menos reguladas. Y con ello no se soluciona el problema original».
Asia: entre los avances y los déficits estructurales
Con un 53 por ciento de la producción mundial de plástico, Asia es el actor principal (y la fuente principal) en cuanto a residuos de plástico. Mientras que algunos países siguen ambiciosas estrategias de reciclaje, otros carecen de una infraestructura básica.
La ofensiva de la economía circular en China: controlada centralmente e implementada de manera consecuente
China ha sido durante mucho tiempo el mayor importador de residuos de plástico, pero ahora está cambiando de rumbo. Con su «National Sword Policy», China ha frenado la importación de residuos de plástico sin clasificar y está forzando ahora la ampliación de sus propias estructuras de reciclaje. El 14.º plan quinquenal apuesta por unos sistemas modernos de recogida y clasificación, y fomenta el reciclaje mecánico y químico. El objetivo hasta 2035 es una amplia descarbonización de la industria y su transición a ciclos cerrados de materiales. La estrategia va acompañada de la «Circular Economy Promotion Law», que obliga a las empresas a recoger determinados productos y eliminarlos de manera inocua, así como de la fundación del consorcio estatal «China Resources Recycling Group» para regular la transformación de manera centralizada.
Japón y Corea del Sur: impulsores de tecnología con sistema
Japón y Corea del Sur se encuentran entre los pioneros de la economía circular, entre otras cosas, por sus claros objetivos políticos y su legislación temprana. En Japón, la «Container and Packaging Recycling Act» obliga a las empresas desde la década de 1990 a participar en los sistemas de recogida y reciclaje. Como complemento, la «Plastic Resource Circulation Act» de 2022 fomenta el uso de reciclados y prescribe planes de reciclaje detallados para los productos de plástico.
Con la nueva «Act for Promotion of Transition to a Circular Economy Society» (APTCES), Corea del Sur sigue un principio sistemático de impulso tecnológico: cuotas de reciclaje obligatorias, directrices claras sobre el diseño sostenible de los productos, y regulación específica para productos difíciles de reciclar. Además, las empresas que, por ejemplo, deseen lanzar al mercado nuevas tecnologías de reciclaje, están eximidas temporalmente de determinadas imposiciones.
A diferencia de Europa, ambos países apuestan menos por una regulación a pequeña escala, y más por una asignación clara de competencias, la implementación práctica y el fomento específico de la innovación. A esto se añade una alta aceptación social y una extensa corresponsabilidad, por ejemplo, a la hora de clasificar la basura y de conservar los recursos.
Desde India hasta Indonesia: por qué no avanza la economía circular
En India, la ley «Plastic Waste Management Rules» (PWMR) obliga a las empresas a recoger los residuos de plástico. A pesar de este importante paso, la infraestructura insuficiente y la desigualdad de implementación a nivel regional sigue siendo un gran reto para lograr una implantación integral. A problemas similares se enfrenta Vietnam, donde en 2022 se promulgó una ley de EPR, por la que los fabricantes e importadores son responsables de asegurar la reciclabilidad de sus productos.
En Tailandia, el «Plastic Waste Management Roadmap 2030» tiene como objetivo reciclar hasta 2027 el 100 por cien de los residuos de plástico o aprovecharlos energéticamente. Si bien en Indonesia existen iniciativas locales, no hay ninguna estrategia nacional global. Uno de los objetivos es reducir drásticamente hasta 2040 los desperdicios de plástico que llegan al mar.
A pesar de los avances conseguidos en estos países, tanto la fragmentación regional de la gestión de residuos como las deficiencias de la infraestructura continúan siendo un gran desafío. El éxito de estas medidas depende decisivamente de la sensibilización de la población y de una mayor implicación de la industria.
Norteamérica: un mosaico de estrategias
Las estrategias relativas a la economía circular en Norteamérica están muy fragmentadas. Los EE. UU. siguen un principio caracterizado tanto por iniciativas estatales como por medidas del sector privado. Por ejemplo, 33 estados han establecido programas de EPR que obligan a los fabricantes de envases desechables a participar en la financiación de la gestión de residuos. El objetivo es que hasta 2032, el 100 por cien de los envases sean reciclables o compostables, y que se recicle el 65 por ciento de los envases desechables. Sin embargo, otros estados van rezagados. El hecho de que, a pesar del progreso de las tecnologías de reciclaje, los EE. UU. presenten una menor penetración en el mercado del reciclaje de plástico en comparación con el resto del mundo, se debe, sin embargo, a otros motivos: «Allí no existe un programa de reciclaje a nivel nacional, ni tampoco programas que abarquen al menos a estados completos. En lugar de ello, cada ciudad y municipio decide individualmente qué residuos recoge y clasifica y cómo lo hace» explica la agencia federal alemana para el desarrollo económico Germany Trade & Invest (GTAI).
Canadá sigue un principio más amplio para fomentar la economía circular. Con el «Federal Plastics Registry», el gobierno ha introducido un registro nacional de plásticos para recopilar datos sobre la fabricación, el uso y la eliminación de plásticos. Con él se pretende aumentar la transparencia y permitir una gestión más eficaz de los plásticos. El «Action Plan on Zero Plastic Waste» tiene como objetivo reducir la contaminación por plástico y establecer una economía circular para los plásticos. Incluye medidas para disminuir los plásticos de un solo uso y fomentar la reutilización y el reciclaje. Además, se sigue un enfoque gradual con el objetivo de contribuir a la reducción de los residuos de plástico mediante la prohibición de los productos desechables y la introducción de EPR.
El largo camino de Sudamérica
La economía circular en Sudamérica está aún en sus comienzos: cerca del 90 por ciento de los residuos acaban en vertederos, y hasta ahora el reciclaje solo desempeña un papel secundario. En Chile, Colombia y Brasil hay programas nacionales de recogida y economía circular, por ejemplo, la «Ley REP» chilena, la iniciativa «Basura Cero» de Colombia o soluciones voluntarias de la industria en Brasil. Con la ley sobre la gestión integral de los residuos (Ley 19.829), Uruguay apuesta por una gestión de residuos uniforme y fomenta el reciclaje de los envases. No obstante, a pesar de los diversos avances e iniciativas, en muchas regiones de Sudamérica la infraestructura sigue siendo insuficiente, y el éxito dependerá de las inversiones públicas adicionales, la colaboración internacional y una mayor sensibilización de la población.
Conclusión y perspectivas
Para la industria del plástico, la economía circular es una obligación y una oportunidad al mismo tiempo. Europa apuesta en gran medida por la regulación, Asia combina el control estatal con ofensivas tecnológicas. En Norteamérica y Sudamérica, el abanico abarca desde normativas ambiciosas hasta un mosaico de medidas individuales y la confianza en la mano invisible del mercado.
Sin embargo, cada modelo de economía circular tiene sus inconvenientes: si bien la regulación proporciona reglas claras, puede provocar también un exceso de burocracia y una falta de inversión, un riesgo cada vez más palpable en Europa. «Para evitar la ralentización de la transformación, necesitamos urgentemente medidas para que las inversiones en la producción de plásticos reciclables sean más atractivas, para reducir la burocracia provocada, por ejemplo, por el exceso de procedimientos de autorización continuos, y para volver a un "Level Playing Field" con nuestros competidores internacionales», advierte Virginia Janssens, directora general de Plastics Europe.
Los enfoques basados en el mercado fomentan las innovaciones, pero no garantizan la implementación global. Las estrategias controladas de manera centralizada generan avances rápidos, pero pueden resultar ineficientes. Es evidente que la economía circular no se podrá completar sin unas cuotas de reciclaje más altas y más reciclados. Quienes aprenden unos de otros pueden combinar sus puntos fuertes y compensar sus debilidades.
Shaping the Circular Economy en la K 2025
Bajo el tema «Shaping the circular economy», en la K 2025 las empresas de los distintos sectores (fabricación de materiales, fabricación de maquinaria y procesamiento) mostrarán los grandes avances realizados en la economía circular y presentarán soluciones consecuentes para el futuro. El tema se abordará también en las numerosas exposiciones especiales de la K, principalmente en el Foro de la VDMA. La VDMA (Asociación alemana de fabricantes de maquinaria e instalaciones) presentará de nuevo en 2025 un amplio foro en el recinto exterior, esta vez con el título «The Power of Plastics». Entre los pabellones 10 y 16 del recinto exterior, con 12 de sus empresas asociadas demostrará en directo la importancia de la tecnología para la implementación de la economía circular en la industria del plástico. En la Exhibición especial oficial «Plastics shape the Future» en el pabellón 6, organizada por Plastics Europe Deutschland, el jueves 9 de octubre tendrá lugar el foro de discusión bajo el lema: Circular Thursday: Transition - Resilience of the industry - which technologies will make the circular economy work?
Encontrará más información sobre el tema de la economía circular en: Economía circular: el futuro de la industria del plástico | Feria K
La K 2025 estará abierta todos los días del miércoles 8 de octubre al miércoles 15 de octubre de 10:00 h a 18:30 h. Las entradas estarán disponibles online a partir del 15 de abril. La entrada de un día cuesta 60 euros y la entrada para tres días 125 euros. El precio para estudiantes es de 20 euros para la entrada de un día.
Sobre la K de Düsseldorf:
En el año 1952, Messe Düsseldorf organizó por primera vez la K, que se celebra cada tres años. En la última K en el año 2022 participaron 3020 expositores de 59 países en una superficie de exposición de más de 177 000 m² netos, así como 177 486 visitantes profesionales, de los cuales el 71 por ciento procedía del extranjero. Más información en www.k-online.com.